DAME UN ABRAZO...

…...No quiero dar el paso, aunque no hay opción... No quiero dar el paso y siento que lo doy.

Duele terminar con un ciclo...Todo tiene un principio y un fin; y no importa si se conoce este principio básico y se está conciente de él; aún así... duelen los finales. 

Duele un final, aún sabiendo que es lo mejor que pudo pasar.  Al término de uno de ellos  siempre se pasa por una especie de duelo, y a veces según sea el caso, este duelo está mezclado con una sencación de vacío, un desahogo,  alguna libertad anhelada o (aunque sea increíble )  una libertad condicionada por “la culpa de sentirse libre”.

Así que todo fin duele, como sea éste,  pero duele prufundamente  más si este ciclo de la vida la ha marcado por siempre o fue un hermosa etapa de la misma.

   Los cambios son buenos, algunos son esperados, otros llegan de improviso o sin ser invitados. Tal vez por eso a veces se les tiene miedo, pues es más fácil vivir con lo que se conoce, con lo cómodo que con aquello que no se sabe que efectos tendrá y precisamente por eso, los cambios son necesarios,,,