A veces no sabemos qué hacer con tantas cosas que tenemos o llevamos por dentro. Una buena limpieza - exterior e interior- tirando lo que no sirve, lo que no se usa, y lo que daña, es un buen comienzo para sentir la sensación de plenitud de vacío, que nos llena y libera. Sin embargo, muchas ocasiones es hasta que tocamos fondo cuando decidimos hacer esta limpieza integral. Por lo tanto, habrá que hacer una revisión continua para desechar aquello inútil que guardamos.
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